Tiempo de limpiar la UPR

La Universidad de Puerto Rico atraviesa por su peor momento en la historia. La falta de trasparencia, el favoritismo y cientos de decisiones mal tomadas y a destiempo han socavado la confianza que debe tener la comunidad estudiantil y el pueblo en general sobre la administración del primer centro docente de Puerto Rico.

Ningún centro educativo y mucho menos uno a nivel post secundario, puede trabajar de la manera como se está haciendo y esperar que la calidad de la educación impartida no sufra consecuencias dramáticas.

El camino a recobrar esa confianza, elemento esencial en la función académica que tiene la Universidad, no será fácil y requerirá de acciones dramáticas y concretas, algo que hasta el día de hoy no hemos visto.

En apenas unas semanas, sobre 10 mil nuevos estudiantes ingresaran al sistema educativo de la UPR con decenas de interrogantes, incluyendo si se les aumentará el costo en la matricula, quienes serán los presidentes de la Universidad así como de su cuerpo rector, la Junta de Gobierno.

Todo esto, sin saber los detalles de lo que ocurrió y habrá de ocurrir con las notorias Becas Presidenciales.

La Universidad tiene que reinventarse, implementando una política de total y absoluta transparencia. Primero, la actual presidenta interina de la UPR, la doctora Celeste Freytes González, debe hacer lo que su antecesor, el primer presidente destituido, Urayoán Walker, rehusó hacer: darle punto final al escándalo de la otorgación de las Becas Presidenciales fijando responsabilidad, sin mirar a quienes perjudica o beneficia, por este bochornoso incidente.

Luego, se tiene que tomar una decisión, final y firme, sobre el aumento al costo de la matricula a estudiantes de nuevo ingreso. No se puede pretender continuar operando como si nada hubiese sucedido. La Junta de Gobierno aprobó un aumento y todavía el mismo sigue en pie y nadie dice nada.

La Universidad ha sido orgullo y tiene que volver hacer orgullo y excelencia académica para todos como primer centro docente en Puerto Rico de manera que se recobre la confianza y ayude a reposicionar a nuestra Isla.

Fuente: El Nuevo Día

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