Oscar López es una de las figuras más polarizantes en nuestra sociedad. Sus acciones pasadas y presentes serán debatidas por décadas. Algunos están en contra de sus acciones, así como las de varios de sus allegados, mientras que otros procuran ver el lado sentimental y entienden que él ya pago por su crimen.
Quizás el cumplir una sentencia de cárcel, para algunos sea sinónimo de “pagar” por faltas a la sociedad. Sin embargo, para mi es importante, además de eso, el arrepentimiento que muestre el individuo por sus acciones. En este caso, López nunca ha pedido perdón a sus posibles víctimas o familiares de estas. Jamás ha mostrado algún grado de arrepentimiento.
Diana Berger Ettenson, viuda de Alejandro Berger, victima hispana del atentado al Fraunces Tavern llevado a cabo por las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) en enero de 1975, no ha recibido ninguna disculpa por parte de López. Todo lo contrario, este individuo continúa insistiendo en que no había nada malo en lo que hizo, sin demostrar ningún grado de arrepentimiento. Esto ha llevado a que víctimas y familiares de estas se expresaran en contra de los reconocimiento que le ha realizado la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, y otros.
“Han pasado más de 40 años y nadie ha pedido perdón. Nadie ha expresado remordimiento por sus actos”, dijo recientemente Diana Berger en una entrevista refiriéndose a López. Por esa falta de valores, Oscar López no me representa.
Esa ya famosa frase fue invocada por primera vez, en relación a López, por el periodista deportivo Héctor Vázquez Muñiz, quien dijo que “un individuo que alcagüetea y respalda al dictador y opresor de Maduro en la bendita Venezuela NO me representa. Mucho menos merece homenajes”.
No me representa porque uno de sus primeros actos después de haber salido de la cárcel fue ‘felicitar’ al dictador venezolano, Nicolás Maduro, por la opresión en que tiene sometido a ese pueblo. Nuevamente, demostrando que no tiene remordimiento alguno y carece de valores.
No cuestiono si merecía o no que se le conmutara su sentencia, eso es para otros pasar juico. Sí cuestiono a aquellos que, a pesar de todas las señales de falta de contrición por sus actos, celebran las actitudes de este sobre la vida. Esas actitudes, que están centradas en la fuerza, la opresión y terror, para impulsar su causa, no puede ser motivo de celebración. Esos no son mis valores y entiendo que tampoco son los de la mayoría de nuestro pueblo.